En lo más profundo de las sombras del Infierno, donde la oscuridad se enrosca en sí misma y los susurros del caos resuenan eternamente, se alza el Comité de las Tinieblas, una asamblea de los más poderosos y siniestros líderes de los reinos infernales. Entre ellos destaca Sakara, una figura envuelta en un manto de sombras, cuyos ojos brillan con un fuego helado y cuya voz susurra con un poder indomable.
Sakara ha sido la consejera y mano derecha de Mhorkvel, el Señor del Infierno, desde tiempos inmemoriales. Su sabiduría oscura y su astucia despiadada la han convertido en una figura temida y respetada entre los demonios y criaturas infernales que pueblan el reino de las llamas eternas.
Nacida de las profundidades mismas del Infierno, Sakara ascendió rápidamente en las filas del Comité de las Tinieblas, demostrando su lealtad y su habilidad para manipular a los más débiles y poderosos por igual. Bajo su guía, el Comité ha llevado a cabo innumerables estrategias y maquinaciones para expandir el dominio de Mhorkvel sobre el Infierno y más allá.
Pero la influencia de Sakara no se limita solo al reino infernal. Su presencia se extiende por todo el plano real, susurrando palabras de tentación y corrupción en los oídos de aquellos que buscan poder y dominio. Ha tejido una red de intriga y engaño que se extiende a través de los reinos, manipulando a quienes guardan odio y rencor en sus almas para que sirvan a los intereses del Señor del Infierno.
Sin embargo, a pesar de su apariencia fría y calculadora, Sakara guarda en su corazón un profundo deseo de poder y ambición. Sueña con un día en el que ella misma pueda reclamar el trono del Infierno y gobernar sobre las llamas eternas con mano de hierro. Y aunque sabe que ese día puede estar lejano, está dispuesta a hacer cualquier cosa para alcanzar su objetivo, incluso si eso significa traicionar a su propio señor.