Han pasado diez años desde que deje atrás la Armada Imperial y mi título de Heroína Sagrada. En este tiempo no solo recorrí tierras lejanas, sino que también lo dedique a buscar respuestas que se han resistido a mi desde que tengo memoria. He recorrido bibliotecas desde Banderbill a Lindos, siguiendo pistas que siempre me dejaban en callejones sin salida. Consulte viejos sabios, desempolve viejos tomos olvidados, pero todo lo que encontré fueron sombras y fragmentos que no lograron esclarecer nada sobre lo que buscaba: mi familia. Sin embargo, mi búsqueda se ha visto interrumpida por una preocupación más urgente: la situación crítica que vive el Imperio.

Mientras recorría el continente de Oderon he observado como las cicatrices de la batalla de Arghal aun marcan nuestras tierras y me he dado cuenta de que algo más profundo corroe la esencia del Imperio. La traición y el desorden se han arraigado. He sido testigo de como aquellos que juraron lealtad al Imperio se traicionan entre sí, empujados por intereses personales y conflictos mezquinos. Hay algo profundamente inquietante en ver a quienes una vez fueron aliados alzarse como enemigos, portando el mismo estandarte que yo he jurado proteger. ‎ No puedo quedarme al margen viendo como el Imperio se desmorona. Ese no es el camino que mi maestro Eldrin habría querido para mí, ni yo el que deseo para quienes aun creen en la grandeza de nuestra causa. Debo actuar. Aunque hace años colgué mi báculo y abandoné el combate, el deber me llama nuevamente. Ahora no regreso solo para recuperar la magia que alguna vez poseí, sino para restaurar el orden, para recordarles a todos lo que significa portar el estandarte del Imperio.

He vuelto a internarme en mazmorras peligrosas, no solo para pulir mis habilidades que descuide todo este tiempo, sino también para enfrentar a quienes intentan corromper nuestros ideales. No me importa si visten nuestras insignias; si se atreven a amenazar los ideales del Imperio, no dudare en detenerlos o ponerles fin a sus vidas.

El Imperio necesita corregir su camino, pero necesita mas que armas y batallas. Necesita lideres con voluntad, guerreros que no luchen en los campos de batalla, sino también en los corazones de quienes nos rodean.

Mientras me queden fuerzas, mientras la magia aun fluya en mí, seguiré luchando. Porque, aunque los cimientos se tambaleen, el Imperio no caerá.

Autor: Zhenex