Dragga
La Sinfonía Indomable | ||
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| Clase: Bardo Raza: Orco Género: Femenino Nacimiento: 1566 Fallecimiento: - Lealtad: Republica Relacionados: Heleda - Dysane | |
Descripción física y personalidad
Dragga es una Orca. Posee cabello oscuro, medianamente largo, con un rodete para que no se enrede en las cuerdas de sus instrumentos. Tiene piel verde oscura. Tiene callos en las manos, de tanto golpear su tambor, y cicatrices en los nudillos, de tanto golpear enemigos. Su estatura promedio, de contextura robusta. Aunque su educación le permite ser una persona amable y paciente con sus seres queridos, fácilmente puede perder estos rasgos ante desconocidos. Por culpa de su ascendencia orca, ninguna melodía es capaz de apaciguar su deseo de violencia, pero sí logra calmarlo bastante. Ella detesta a los gnomos, no puede comprender como seres tan diminutos pueden tener tanto poder, y eso la irrita. Es fanática de la burla, pero siempre con canciones alegres que más que molestar a los demás, los termina alegrando y causándoles una carcajada.
Inicios del personaje
Dragga nació en medio de un viaje, en 1566. Su familia partía de Orac para librar una batalla, y su madre la parió en el barco que los transportaba. Su madre consideraba una deshonra ante sus pares el perderse una batalla por un simple embarazo. Debido al contexto, decidieron abandonarla en Rinkel. Lamentablemente, toda la familia de Dragga fue masacrada en la batalla, por culpa de una emboscada del Imperio. En Rinkel fue acogida en el Templo, hasta que una noche Beedle el Bardo, luego de tocar en un casamiento, escuchó su llanto desde lejos y no podía comprender cómo el llanto de un bebé podía sonar como un grito de guerra, así que se acercó. Intentó calmar al bebé de mil maneras, pero no hubo caso. Sólo cuando tocó una de sus melodías, el bebé pareció calmarse pero no para dormirse, sino que lo miraba atentamente, como si estuviera prestando atención a la historia que contaba. Beedle consideró en ese momento que sería oportuno ponerle un freno a sus aventuras por un tiempo y decidió adoptar a Dragga, e instruirla en el arte de la música.
Historia intermedia
Cansado del desierto, y una vez se estabilizó la salud de Dragga que peligraba debido al abandono y a la soledad, Beedle decidió que las mejores oportunidades para su nueva hija serían en Suramei, la capital de la República. Allí, comenzó a educarla desde temprana edad en la música, para que siga sus pasos; y la magia, para que pudiese defenderse de los peligros de Ragnark. Por culpa de su ascendencia orca, y a pesar a los esfuerzos de Beedle, Dragga no pudo aprender a tocar el laúd tan bien como su padre adoptivo, aunque si aprendió todo lo que su maestro pudo enseñarle sobre la magia. En uno de sus berrinches por no lograr tocar la pieza que le exigía Beedle, comenzó a golpear las paredes y ahí su padre notó un cierto talento para la percusión, por lo que probó a enseñarle el Tambor. El amor fue a primera vista, Dragga se sintió instantáneamente atraída por el sonido del Tambor y decidió entonces que ese sería su instrumento principal. A medida que crecía, sus rasgos orcos comenzaron a desarrollarse, y las personas comenzaron a juzgarla. “¿Es un orco y no sabe pelear?¿De qué sirven esos músculos si sólo sirven para tocar el Tambor?”. Las únicas personas que parecían no tratarla diferente, además de su padre, parecían ser Dysane y Heleda, dos amigos que conoció jugando en las calles de Suramei, fuera de la taberna, mientras su padre tocaba canciones. Dragga se cansó de que la hostiguen y decidió instruirse en el combate para poder defenderse. Esta decisión generó discordia con su padre adoptivo, que siempre le instruyó que la violencia no eran las formas.
Dragga tuvo una infancia conflictiva y se había visto embebida en decenas de peleas con sus compañeros, lo cual Beedle tomaba como una deshonra y una decepción., Al ver la determinación de su ahora adolescente Dragga en convertirse en una artista marcial, y luego de discutir acerca de la decisión, decidió que era hora de volver a sus aventuras y partió de Suramei, no sin antes dejarle un Tambor y unas monedas de oro a su hija. Dragga intentó diferentes tipos de combate: con armas, con proyectiles, con armas arrojadizas; pero ninguno le convencía, y las armaduras, cascos y escudos le parecían demasiado pesados, y le impedían cargar con comodidad sus instrumentos. Ahí fue cuando decidió dedicarse a las Artes Marciales, portando no más que una túnica, un gorro, un pequeño escudo de tortuga y el infaltable Tambor que le regaló su padre antes de partir.
Presente, aspiraciones y futuro
Dragga actualmente tiene 14 años. Recién terminó su entrenamiento básico en las Artes Marciales en Dungeon Newbie y está lista para forjar su propia aventura, junto a sus amigos Heleda y Dysane. A pesar de perder contacto con su padre, nunca olvidará los valores que le transmitió, y aunque su sed de violencia siempre está presente, gracias a la música y la lectura puede distraerse lo suficiente. Todavía reside en Suramei, pero siente que vive allí hace una eternidad, por lo que juntó unas monedas de oro con sus amigos y están dispuestos a recorrer todo el continente. Quizás, y sólo quizás, se vuelva a encontrar con su padre en algún rincón de Ragnark.