Año 1592 (o 975 D.bA). Una Nueva Era

Después de diez años de conflictos en la República y la despiadada ambición de Sakara por arrasar con el plano real, la aparente calma que siguió solo fue el presagio de un conflicto aún mayor. Con la muerte de Mhorkvel y los oscuros conjuros recitados por Eishner, las tierras del Imperium han cambiado drásticamente. Antiguas fronteras han sido alteradas, la magia ha dejado cicatrices imborrables en el mundo y la esencia misma de la realidad parece haberse distorsionado. Lugares antes prósperos han caído en la ruina, mientras que zonas olvidadas ahora ocultan secretos insondables. Nada en el Imperium es como antes, y los que alguna vez reinaron con certeza ahora caminan sobre un territorio incierto y peligroso.

La ciudad de Arghal, sigue en ruinas, deshabitada y convertida en un territorio sombrío donde solo deambulan los espíritus de aquellos que no han encontrado descanso.

Mientras tanto, la República enfrenta una nueva crisis con el regreso de Fausto, resucitado por el enigmático Eishner. Como antiguo líder republicano, ha retomado el mando con mano firme, pero su visión de “La Venganza” ha fracturado a la milicia. Algunos lo siguen con fervor, mientras otros aún luchan por la verdadera libertad del pueblo, líderados por Zharas Mul. Esto ha provocado enfrentamientos entre sus propios soldados.

Por su parte, Sakara ha consolidado su dominio sobre las Hordas del Caos tras su pacto con Eishner. Sus guerreros le han jurado lealtad absoluta, y su ejército se ha vuelto más despiadado que nunca. Inicialmente aliados contra Mhorkvel, ahora su único propósito es la destrucción total y la expansión de su reinado de terror. Sin embargo, en un mundo donde la traición acecha en cada rincón, incluso un líder como Sakara deberá vigilar su espalda. Con la muerte de Baeldor en la batalla de Arghal, Jerek ha ascendido al trono del Imperio, estableciendo la Sagrada Orden con la esperanza de restaurar el equilibrio. Pero con el resurgir de Fausto y el avance de las Hordas del Caos, la guerra entre facciones es inevitable.

Las tierras del Imperium están al borde de una nueva era de sangre y conflictos. Con alianzas frágiles y traiciones latentes, solo queda una pregunta: ¿quién se alzará sobre las cenizas cuando todo termine?