Erikur


Maestro del Diálogo




Clase: Guerrero

Raza: Enano

Género: Masculino

Nacimiento: 1521

Fallecimiento: -

Lealtad: Armada Imperial

Relacionados: Bromor (Padre - Año 1460) - Sigrid (Madre - Año 1472) - ✝ Thorin (Compañero 1523-1546) - Zendrath, Alaric, Eadric, Berengar (Compañeros) - Arand (Clan)



Descripción física y personalidad


De estatura mayor de lo habitual para su raza y de contextura robusta. Erikur impone con su presencia física. Su piel caucásica contrasta con sus ojos color azul. Es carismático, de carácter fuerte, y temperamento tranquilo. Tiene la habilidad de mantener la calma en situaciones adversas con un sentido del humor seco e irónico. Le gusta dar órdenes, organizar y estar al mando, pero también le gusta ayudar a la gente, se considera un filántropo y un líder nato.

Inicios del personaje


Nacido en Banderbill. Desciende de un largo linaje de cuna alta. Fue educado en los valores del honor, la lealtad y la importancia del servicio al Imperio. Las expectativas sobre él eran altas. En su juventud pasaba horas y horas entrenando cada vez que tenía la oportunidad. También disfrutaba de leer escrituras y pergaminos y, de vez en cuando, escribir uno por cuenta propia. Su mayor inspiración era Jerek, a quien admiraba. Fue en 1536 que conoció a Thorin, un guerrero humano lleno de energía, quien lideraba un pequeño grupo de jóvenes: Zendrath, un jóven clérigo, Alaric junto a su hermano Eadric, ambos cazadores y Berengar, un mago. A diferencia de Erikur, eran todos humanos. Thorin divisó a Erikur a solas, y mientras sus compañeros practicaban y bromeaban entre ellos, él se acercó. Lo invitó a unirse, y a pesar de la timidez, Erikur aceptó la invitación intrigado por la posibilidad de hacer nuevos amigos. Ellos no eran más que simples habitantes de los Barrios Bajos que, de vez en cuando, escapaban al epicentro de la ciudad para desatar sus travesuras, a diferencia de ellos, el provenir de una estirpe económica alta no parecía importarles. Si bien Erikur fue formado sobre los valores éticos que debe tener una persona, no pudo evitar sentirse influenciado por las actitudes del grupo del que ahora era parte. Allí forjaron una gran amistad; una amistad que fue fortaleciéndose con el pasar de los años.

Historia intermedia


💠 Arghâl: Amistad y sacrificio (Año 1546)

En el año 1546, Erikur y los muchachos fueron de viaje a Arghâl con deseos explorar nuevos horizontes para aprender aún más sobre la cultura imperial y mejorar sus habilidades en batalla ya que pasaban su tiempo haciéndole la vida imposible a las criaturas que acechaban en las sombras del norte del pueblo. Por varios días todo fue tranquilo, pero un fatídico día, un grupo de insurgentes Republicanos aprovechó un descuido por parte de los guardias y desató el caos en Arghâl. Sin dudarlo, Erikur, Thorin, y los muchachos aún inexpertos en combate contra otras personas, se unieron a los guardias imperiales para intentar defender la ciudad cubriendo las espaldas del otro, mientras que el resto de los muchachos ponía en resguardo a los que podían.

Erikur y Thorin luchaban hombro a hombro, mientras que Eadric intentaba dispersar a los republicanos con sus flechas, pero en un momento crítico, Eadric cayó herido por un arpón, viéndose superados en número y en habilidad, mientras el Zendrath, Alaric y Berengar volvían para salvaguardar a Eadric, Thorin se lanzó con un fuerte alarido hacia un grupo de republicanos que intentaban flanquear a Erikur, enfrentando a varios enemigos con golpes rápidos, pero lastimosamente cayó bajo el ataque de los republicanos. Erikur gritó el nombre de Thorin… pero ya era demasiado tarde. La valentía de su amigo le costó la vida, y en un instante, el espíritu combativo de Thorin se apagó. El grupo quedó en shock, pues la caída de Thorin fue heróica pero violenta.

💠 Banderbill: La herida del recuerdo (Año 1546)

La muerte de Thorin dejó una marca profunda en la memoria del grupo, quienes regresan a Banderbill desolados por la muerte de su amigo a los pocos días de la invasión. Destruído anímicamente Erikur prometió y juró que su sacrificio no sería en vano. Esto fue la razón por la que comenzó a involucrarse en los asuntos imperiales, buscando que la sangre de los inocentes no vuelva a ser derramada por manos de los republicanos o cualquier otro individuo que suponga una amenaza al Imperio.

Se distanció del grupo, pues su enojo y ambición provocaron que él se concentrara en temas que consideraba más importantes que la amistad. Durante esta etapa se dedicó a recorrer los rincones del territorio Imperial escuchando a los ciudadanos y comprendiendo sus preocupaciones, haciendo hincapié en mejorar las defensas de las ciudades. Fue una vez en Nix que un anciano elfo hizo que Erikur abriera sus ojos, habló sobre cómo la violencia solo ha traído más violencia y que lo que realmente necesitan es seguridad. Allí se da cuenta de que su enojo no sólo es destructivo; sino que, aunque busca justicia por la muerte de Thorin, su enfoque actual podría llevar a más tragedias: ¿ser un líder que busca venganza o uno que busca sanar y unir? Este momento marcó un punto de inflexión en su vida porque no sólo lo convertirá en un líder más efectivo, sino que también establecerá su futuro.

Tras años de involucrarse en las inquietudes de la población, decidió que es hora de formalizar su esfuerzo en una organización política. Comenzó a mover los hilos con las influencias de su familia, y realizaba reuniones informales en tabernas locales y foros comunitarios. Utilizaba su carisma para captar la atención de los ciudadanos, invitándolos a compartir sus preocupaciones y sugerencias.

💠 Volviendo a sus raíces: Forjando el Acero (Año 1568)

Veintidós años después, tras años de viajar por todo Oderon, Erikur buscaba establecerse como un líder político. Sentía la necesidad de fortalecer tanto su cuerpo como su mente, ya que sabía que el liderazgo también requiere de fuerza y determinación. Por eso mismo decidió regresar a Banderbill. Allí se reencontró con viejos conocidos, entre ellos, los que en algún momento tuvieron una amistad tan sólida como las rocas. Contrariamente a lo que Erikur pensaba, se acercaron a él para rememorar los viejos tiempos. Los años fuera de Banderbill no fueron viajes sin sentido, sino experiencias que lo ayudaron a reencontrarse con sí mismo y a recapacitar sobre sus acciones.

Aquellos inexpertos guerreros, ahora eran habilidosos combatientes, quienes no dudaron en compartir sus anécdotas y consejos con Erikur. El ímpetu era tanto, que el sentido de calidéz que había en el grupo comenzó a reconstruirse, y el primer paso para la redención era aceptar que la amistad nunca se desvaneció. Con el grupo nuevamente conformado, y esta vez, liderado por Erikur, pusieron todos esos consejos a prueba en diferentes incursiones planeadas a diferentes mazmorras del plano real. Alaric y Eadric se complementaban como uno, donde ponían el ojo, ponían la flecha. Zendrath, habilodoso como nunca con sus hechizos de sanación y Berengar siendo implacable en el control de las artes arcanas. Erikur, por su parte, descubrió su propio estilo de lucha: fuerza bruta y astucia táctica. En todos los combates que participaron. Criaturas y enemigos del Imperio, era poco probable que alguien pueda anteponerse contra ellos. Allí fue que demostró ser alguien que planifica cuidadosamente antes de accionar para asegurar la victoria y que sus compañeros se sientan motivados. La combinación de la fuerza física con la fuerza mental es una herramienta muy eficaz, eso es algo que aprendió en el transcurso de su desarrollo personal.

💠 Voces de la Ciudad: Llamado a la unidad (Año 1570)

Luego de años de consolidar un determinado nivel de reputación en la sociedad Imperial, decidió fundar una agrupación política: el Consejo de Ciudadanos de Banderbill con el objetivo de tratar las problemáticas que perjudicaban la integridad del Imperio. La creación de este grupo no sólo transformó a Erikur en una especie de líder “político”, sino que también puso a prueba su carácter y temple.

Entendió que era el momento de actuar. Su habilidad de comprender las cosas le permitió ganarse la confianza de la gente, y quienes más estuvieron a su lado fueron Zendrath, Alaric, Aedric y Berengar. Hizo notar que la fuerza no sólo reside en la capacidad física, sino en unir a las personas en torno a un objetivo en común, sin importar de dónde provengan. Por ello, se refieren a él como “Maestro del Diálogo”, destacando su crecimiento personal y su gran carisma para comunicarse con la sociedad.

Presente, aspiraciones y futuro


Reside en Banderbill, en una casa modesta pero bien cuidada, adornada con recuerdos de sus hazañas pasadas y símbolos del Imperio. Erikur es un firme defensor del Imperio. Su meta es llegar a ser parte de la nobleza del Imperio, y principalmente ser parte del Consejo de Banderbill, pero uno de sus principales objetivos es fundar su propio clan. En ocasiones disfruta de salir a peligrosas incursiones a mazmorras en los puntos más recónditos del mundo para no perder su instinto de guerra junto a diversos grupos de experimentados magos y guerreros. A veces se lo puede ver en Nueva Esperanza y prefiere evitar a todos aquellos que no sean Imperiales. Suele dirigir algunas salidas para tener un combate más organizado y salir victorioso en las peleas en las que participa. Pertenece a la Armada Imperial y es un general del clan Arand.